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¿Y tu eres....?][Ginerva Waldorf]
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¿Y tu eres....?][Ginerva Waldorf]
El espejo se hizo añicos con aquel golpe. El puño de Elle estaba sangrando y el reflejo de la chica estaba resquebrajado, mostrando con claridad unos fieros ojos azules en una mueca de odio. Odio por su reflejo, odio a si misma y hacía aquel esposo que oso maltratarla.
Piso los cristales con los zapatos marrones de tacones, cerrando la puerta del baño al salir. Bajo las escaleras siguiendo el compás de las gotas de sangre. Con cada paso, una caía al suelo dejando un camino carmesí como aquella tétrica canción.
El salón estaba a oscuras, pero se veía a la perfección con la luz que entraba del exterior filtrándose por las cortinas.
Cogió la varita con su mano izquierda y con un movimiento circular, la mano derecha se vendo mágicamente.
Se puso la fina chaqueta marrón sobre la blusa y la falda , se guardo la varita en un bolsillo del interior y salió de la casa.
Giro sobre si misma y se encontró volando con una fuerte presión en el pecho que duro unos segundos. Cuando volvió a sentir el suelo bajo sus pies respiro con normalidad de nuevo. Había aparecido en un rincón oscuro de un callejón aparentemente desierto con olor a lluvia y el suelo húmedo. Camino con toda la prisa que podría darse alguien que no tiene prisa. Caminaba si rumbo fijo con sus rizos pelirrojos bailando con el viento frió del invierno.
Hacía frío como la noche anterior y era una sensación muy agradable.
Cada vez que respiraba y expulsaba el aire por la boca, este se volvía de color blanco.
Con la mano vendada rebusco en uno de los bolsillos del interior de la chaqueta y sacó un cigarrillo, se lo encendió con la varita y se lo puso a la boca mientras sus pasos la dirigían a cabeza de puerco.
No estaba de humor para el jaleo de las tres escobas, aunque era un lugar mas apetecible sin duda.
Entró expulsando el humo gris y se fue directa a una mesa, dejando un galeón en la barra para que el camarero le trajera una botella de aguamiel como todas las noches que honraba con su presencia y belleza aquel lugar tan sobrio y deprimente. Igual que su humor los días como hoy.
Se sentó en una silla cruzada de piernas y jugaba dando golpes a la mesa con sus perfectas uñas, esperando al camarero.
La botella produjo un seco golpe cuando el camarero la dejo sobre la mesa. Elle a cogió y la abrió de una forma fácil y sencilla. La cogió entre su mano vendada y decorada con motas de sangre desiguales observando el contenido con aburrimiento. La cogía como si fuera a brindar por algo, pero se la llevo a sus labios antes de pronunciar palabra y bebió un largo trago con los ojos cerrados que le caldeo la garganta.
Piso los cristales con los zapatos marrones de tacones, cerrando la puerta del baño al salir. Bajo las escaleras siguiendo el compás de las gotas de sangre. Con cada paso, una caía al suelo dejando un camino carmesí como aquella tétrica canción.
El salón estaba a oscuras, pero se veía a la perfección con la luz que entraba del exterior filtrándose por las cortinas.
Cogió la varita con su mano izquierda y con un movimiento circular, la mano derecha se vendo mágicamente.
Se puso la fina chaqueta marrón sobre la blusa y la falda , se guardo la varita en un bolsillo del interior y salió de la casa.
Giro sobre si misma y se encontró volando con una fuerte presión en el pecho que duro unos segundos. Cuando volvió a sentir el suelo bajo sus pies respiro con normalidad de nuevo. Había aparecido en un rincón oscuro de un callejón aparentemente desierto con olor a lluvia y el suelo húmedo. Camino con toda la prisa que podría darse alguien que no tiene prisa. Caminaba si rumbo fijo con sus rizos pelirrojos bailando con el viento frió del invierno.
Hacía frío como la noche anterior y era una sensación muy agradable.
Cada vez que respiraba y expulsaba el aire por la boca, este se volvía de color blanco.
Con la mano vendada rebusco en uno de los bolsillos del interior de la chaqueta y sacó un cigarrillo, se lo encendió con la varita y se lo puso a la boca mientras sus pasos la dirigían a cabeza de puerco.
No estaba de humor para el jaleo de las tres escobas, aunque era un lugar mas apetecible sin duda.
Entró expulsando el humo gris y se fue directa a una mesa, dejando un galeón en la barra para que el camarero le trajera una botella de aguamiel como todas las noches que honraba con su presencia y belleza aquel lugar tan sobrio y deprimente. Igual que su humor los días como hoy.
Se sentó en una silla cruzada de piernas y jugaba dando golpes a la mesa con sus perfectas uñas, esperando al camarero.
La botella produjo un seco golpe cuando el camarero la dejo sobre la mesa. Elle a cogió y la abrió de una forma fácil y sencilla. La cogió entre su mano vendada y decorada con motas de sangre desiguales observando el contenido con aburrimiento. La cogía como si fuera a brindar por algo, pero se la llevo a sus labios antes de pronunciar palabra y bebió un largo trago con los ojos cerrados que le caldeo la garganta.
Ella NoregueMortífagos || Admin - Mensajes : 198
Puntos : 107
Re: ¿Y tu eres....?][Ginerva Waldorf]
Estaba cansada, cansada de fingir, de fingir que era lo que realmente no era, nunca sería. Estaba agotada, quería que la tierra me tragase, que Draco me hiciese caso o que Lord Voldemort me quitase esa marca horrible del antebrazo. Quería morirme y vivir, quería estar con mis padres y estar lejos a la vez para protegerlos. Quería ayudar a la gente y apartarlos de mi, dañándolos, a la vez. Quería felicidad en el mundo, pero contribuía a la guerra.
Mi cabeza parecía un tambor, empezaba a darme martillazos en la sien, como ocurría cuando pensaba demasiado o demasiado rápido. Sin darme cuenta, había salido a la calle desde la mansión Malfoy. A nadie parecía importarle, la verdad. Me paseé por Hogsmeade tras aparecerme ahí. Había mucha gente en las Tres escobas, y a pesar de que todos sabían que era mortífaga, pero nadie sabía mi verdadera razón, no quería que me mirasen. Todos los que estaban en libertad estaban de "nuestra parte" o lo fingían, pero yo preferiría no estarlo...
Me acerqué a Cabeza de Puerco. No me gustaba mucho ese sitio, pero entré de todas maneras. Estaba vacío, y una chica estaba sentada sola. Espera....¿No era una mortífaga?
Me acerqué, señalé la silla vacía delante suya. La miré, con una triste sonrisa.
-¿Se puede?
Me fui descolgando el abrigo de los hombros, con una mirada cansada. Era triste, estar cansada de tu vida con dieciocho años. Pero no sabía muy bien si merecía la pena, y estaba segura de que esa mujer podría ayudarla. No sabía muy bien por qué, apenas la había visto un par de veces durante las reuniones, pero lo tenía muy claro.
-Y hace mucho que no tienes nada claro.
-Eso no es cierto.
-Sí lo es...¿Qué es lo que tienes claro?
-Que quiero proteger a mis padres...Y que amo a Draco.
-¿Sólo eso?
Sacudí la cabeza. Odiaba esas disputas internas mías, protagonizadas por mis dos yo interiores, mi yo real y mi alter ego, más egoísta, ególatra y punzante...
Mi cabeza parecía un tambor, empezaba a darme martillazos en la sien, como ocurría cuando pensaba demasiado o demasiado rápido. Sin darme cuenta, había salido a la calle desde la mansión Malfoy. A nadie parecía importarle, la verdad. Me paseé por Hogsmeade tras aparecerme ahí. Había mucha gente en las Tres escobas, y a pesar de que todos sabían que era mortífaga, pero nadie sabía mi verdadera razón, no quería que me mirasen. Todos los que estaban en libertad estaban de "nuestra parte" o lo fingían, pero yo preferiría no estarlo...
Me acerqué a Cabeza de Puerco. No me gustaba mucho ese sitio, pero entré de todas maneras. Estaba vacío, y una chica estaba sentada sola. Espera....¿No era una mortífaga?
Me acerqué, señalé la silla vacía delante suya. La miré, con una triste sonrisa.
-¿Se puede?
Me fui descolgando el abrigo de los hombros, con una mirada cansada. Era triste, estar cansada de tu vida con dieciocho años. Pero no sabía muy bien si merecía la pena, y estaba segura de que esa mujer podría ayudarla. No sabía muy bien por qué, apenas la había visto un par de veces durante las reuniones, pero lo tenía muy claro.
-Y hace mucho que no tienes nada claro.
-Eso no es cierto.
-Sí lo es...¿Qué es lo que tienes claro?
-Que quiero proteger a mis padres...Y que amo a Draco.
-¿Sólo eso?
Sacudí la cabeza. Odiaba esas disputas internas mías, protagonizadas por mis dos yo interiores, mi yo real y mi alter ego, más egoísta, ególatra y punzante...
Ginerva WaldorfMortífagos || Admin - Mensajes : 538
Puntos : 204
Edad : 28
Re: ¿Y tu eres....?][Ginerva Waldorf]
Abría dado lo que fuera por un poco de música en aquel instante. Una lenta melodía con el violín o un poco de jazz que diera un poco de ambiente a aquel lugar tan deprimente. Pero ni siquiera podía imaginársela para hacer todo mas llevadero.
Un trago mas de su bebida y un suspiro con los ojos cerrados le ayudó a relajarse un poco mas.
Se acomodo en la silla, algo casi imposible en aquel pub, dando trago si y trago también. Los ojos de la chica se alzaron al oír la puerta abrirse. Espero encontrarse a un brujo bajo y lleno de arrugas y por un momento sonrió ante tal idea, pero pronto la sorpresa inundo su rostro, pues se llevo una sorpresa al ver a un joven mago.
Al parecer ella no era la única que se atrevía a pisar aquel suelo, aunque ella no era lo que se dice joven aunque lo aparentara. Los años que llevaba a su espalda no eran escasos, aunque su aspecto decía todo lo contrario. Una muchacha joven y de aspecto delicado que no superaba los 20 cuando tenía ya 50 o mas. Extraño, pero era cierto.
Una fría brisa entro por la puerta entre lo que el mago entraba, despertándola de sus aburridos pensamientos para ir a parar a otros igual de insulsos. Si se hubiera traído papel y pluma podría componer canciones nuevas que posterior mente interpretaría con el violín de madera.
Levanto la vista y miró profundamente a la joven que tenia delante. No iba a negar que se le hacía algo familiar aquel rostro, o tal vez se tratara de esa clase de personas que crees haber visto porque son igual que todos. Negó para si misma; esa cara la había visto antes, aunque parecía muy joven para ser una mortífaga a no ser que le viniera de familia.. Bingo, la había visto en alguna reunión convocada por su amado señor tenebroso. Con un gesto elegante con la mano vendada le indicó que se sentará frente a ella, sin dejar de sonreír con su rostro cansado.
-Adelante, siéntate.-Dijo con una voz suave.
Un trago mas de su bebida y un suspiro con los ojos cerrados le ayudó a relajarse un poco mas.
Se acomodo en la silla, algo casi imposible en aquel pub, dando trago si y trago también. Los ojos de la chica se alzaron al oír la puerta abrirse. Espero encontrarse a un brujo bajo y lleno de arrugas y por un momento sonrió ante tal idea, pero pronto la sorpresa inundo su rostro, pues se llevo una sorpresa al ver a un joven mago.
Al parecer ella no era la única que se atrevía a pisar aquel suelo, aunque ella no era lo que se dice joven aunque lo aparentara. Los años que llevaba a su espalda no eran escasos, aunque su aspecto decía todo lo contrario. Una muchacha joven y de aspecto delicado que no superaba los 20 cuando tenía ya 50 o mas. Extraño, pero era cierto.
Una fría brisa entro por la puerta entre lo que el mago entraba, despertándola de sus aburridos pensamientos para ir a parar a otros igual de insulsos. Si se hubiera traído papel y pluma podría componer canciones nuevas que posterior mente interpretaría con el violín de madera.
Levanto la vista y miró profundamente a la joven que tenia delante. No iba a negar que se le hacía algo familiar aquel rostro, o tal vez se tratara de esa clase de personas que crees haber visto porque son igual que todos. Negó para si misma; esa cara la había visto antes, aunque parecía muy joven para ser una mortífaga a no ser que le viniera de familia.. Bingo, la había visto en alguna reunión convocada por su amado señor tenebroso. Con un gesto elegante con la mano vendada le indicó que se sentará frente a ella, sin dejar de sonreír con su rostro cansado.
-Adelante, siéntate.-Dijo con una voz suave.
Ella NoregueMortífagos || Admin - Mensajes : 198
Puntos : 107
Re: ¿Y tu eres....?][Ginerva Waldorf]
Tragué saliva ante su gesto tan elegante, pero no por sentirme incómoda, sino porque hacía mucho que nadie me decía algo con esa...Elegancia. Eché la silla hacia detrás, colgué el bolso y el abrigo del respaldo y me senté, frotándome mis manos para entrar en calor. Me peiné un poco los tirabuzones dorados, que llevaba despeinados, y miré a la chica frente a la cual me había sentado.
¿Así que era la que aparentaba veinte años y tenía muchísimos más? No sabía cuánto era muchísimo, sólo lo había oído decir. Le dediqué una sonrisa, intentando animar un poco el ambiente poniendo música clásica, más acorde con el lugar, usando mi mp3 muggle, que llevaba escondido en el interior del abrigo, y ampliando el sonido con la varita, que dejé sobre la esa haciendo esa práctica función.
-Encantada...No sé si me conoces...Soy Ginerva Waldorf...-Me presenté.
-Te falta el "llámame Gin" de tu antigua amabilidad, y decir que tus padres son muggles, y que eres mortífaga.
-¡Cállate!
-No podrás esconderte siempre tras una cortina.
-Esta conversación es estúpida.
Y realmente lo era, parecía una loca conversando en mi interior conmigo misma. Por suerte, no empezaba a hablar en voz alta, porque sino se creerían que estoy paranoica... Aunque un poco, quizás, lo esté.
¿Así que era la que aparentaba veinte años y tenía muchísimos más? No sabía cuánto era muchísimo, sólo lo había oído decir. Le dediqué una sonrisa, intentando animar un poco el ambiente poniendo música clásica, más acorde con el lugar, usando mi mp3 muggle, que llevaba escondido en el interior del abrigo, y ampliando el sonido con la varita, que dejé sobre la esa haciendo esa práctica función.
-Encantada...No sé si me conoces...Soy Ginerva Waldorf...-Me presenté.
-Te falta el "llámame Gin" de tu antigua amabilidad, y decir que tus padres son muggles, y que eres mortífaga.
-¡Cállate!
-No podrás esconderte siempre tras una cortina.
-Esta conversación es estúpida.
Y realmente lo era, parecía una loca conversando en mi interior conmigo misma. Por suerte, no empezaba a hablar en voz alta, porque sino se creerían que estoy paranoica... Aunque un poco, quizás, lo esté.
Ginerva WaldorfMortífagos || Admin - Mensajes : 538
Puntos : 204
Edad : 28
Re: ¿Y tu eres....?][Ginerva Waldorf]
Los ojos de la mujer la analizaron en profundidad con una mirada disimulada. Con toda la elegancia y arrogancia que se podía esperar de ella, alzó una mano y chasqueo los dedos para captar la atención del tabernero y con un simple gesto le ordeno que trajera otras dos cervezas de mantequilla. Estaba castigando su paladar al beberse dicha bebida, lo que de verdad necesitaba era una botella de Whisky de fuego con la que coser sus heridas y brindar por el brillante futuro que les esperaba a ella y al resto de los mortífagos. Sin duda, era la mortifaga que mas estaba ansiaba la victoria por diversos motivos. Ella había estado ahí desde el principio, incluso antes de que el grupo existirá como tal y de que su amo se convirtiera en el mago oscuro mas poderoso de todos los tiempo. Aun podía recordar sus años de Hogwarts junto al mago que antes se llamaba Tom Riddle, manteniendo en secreto su amor hacía que ha durado incluso hasta el día de hoy como si el tiempo no hubiera pasado.
El nombré no le sonó de mucho, pero igualmente inclinó la cabeza aceptando la presentación. -Ella Noregue –Dijo sonriente. En ese momento, el camarero trajo las bebidas y se llevó la suya a la boca para darle un buen trago.
-¿Y que te trae a este espantoso lugar?-Preguntó en un susurro alto. Mirándola con curiosidad e indiferencia a la vez.
El nombré no le sonó de mucho, pero igualmente inclinó la cabeza aceptando la presentación. -Ella Noregue –Dijo sonriente. En ese momento, el camarero trajo las bebidas y se llevó la suya a la boca para darle un buen trago.
-¿Y que te trae a este espantoso lugar?-Preguntó en un susurro alto. Mirándola con curiosidad e indiferencia a la vez.
Ella NoregueMortífagos || Admin - Mensajes : 198
Puntos : 107
Re: ¿Y tu eres....?][Ginerva Waldorf]
Sonrío ligeramente y cuando el camarero se acerca, doy un sorbo a mi cerveza de mantequilla. Sonrío a la mujer, o a la joven, no sabía muy bien cómo denominarla. Bueno, la llamaría Ella.
-En...encantada, Ella.-Sonreí, observándola con una sonrisa en el rostro.-¿Que que me...? Oh... Bueno, a serte sincera...-Dudé un poco, pero estaba ya harta de fingir.-Aquí la gente no me mira... No hay gente para mirarme. Me da vergüenza que me miren...-Digo, bajando la mirada hacia mis manos, que rodeaban el gran vaso con los dedos crispados.
Me muerdo la lengua. ¿Y si le dice algo al Señor Tenebroso?
Levanté lentamente, ligeramente la cabeza para buscar los ojos de Elle Noregue. Estaba expentante ante lo que diría, para mi era algo importante lo que pensasen los más mayores de ti, no como prejuicios, sino sobre tus pensamientos.
-Vaya chorrada.
-No lo es, déjame en paz.
-Eres tú la que se preocupa constantemente por ser lo que no es.
-¡No lo hago!
-Claro que lo haces. No eres capaz de matar. No eres una mortífaga.
Tienen razón esas vocecillas en mi cabeza. No soy una mortífaga. Excepto por el pársel, podrían prescindir tranquilamente de mi. O quizás por Draco. ¿Le daría igual que me liquidasen? Esa idea me asustaba.
Me aterrorizaba.
-En...encantada, Ella.-Sonreí, observándola con una sonrisa en el rostro.-¿Que que me...? Oh... Bueno, a serte sincera...-Dudé un poco, pero estaba ya harta de fingir.-Aquí la gente no me mira... No hay gente para mirarme. Me da vergüenza que me miren...-Digo, bajando la mirada hacia mis manos, que rodeaban el gran vaso con los dedos crispados.
Me muerdo la lengua. ¿Y si le dice algo al Señor Tenebroso?
Levanté lentamente, ligeramente la cabeza para buscar los ojos de Elle Noregue. Estaba expentante ante lo que diría, para mi era algo importante lo que pensasen los más mayores de ti, no como prejuicios, sino sobre tus pensamientos.
-Vaya chorrada.
-No lo es, déjame en paz.
-Eres tú la que se preocupa constantemente por ser lo que no es.
-¡No lo hago!
-Claro que lo haces. No eres capaz de matar. No eres una mortífaga.
Tienen razón esas vocecillas en mi cabeza. No soy una mortífaga. Excepto por el pársel, podrían prescindir tranquilamente de mi. O quizás por Draco. ¿Le daría igual que me liquidasen? Esa idea me asustaba.
Me aterrorizaba.
Ginerva WaldorfMortífagos || Admin - Mensajes : 538
Puntos : 204
Edad : 28
Re: ¿Y tu eres....?][Ginerva Waldorf]
Por extraño que sonase, aunque no debería hacerlo, le gustaba encontrarse con gente y que estos enmudecieran cuando se dirigían a ella o que incluso se mostraran temerosos de establecer una conversación con ella. Si no tenían nada que ocultar, no tenían nada que temer. Claro que ¿Quien no tenia secretos que deberían ocultar. Todos tenemos uno, y quien diga que no, miente. Puede ser una tontería, o por el contrario puede ser algo importantisimo, pero si se desvelara y saliera a la luz nuestras vidas se verían afectadas.
Le sonrió alzando una ceja. Así que la muchacha era tímida ¿O solamente muy soberbia? A juzgar de su forma de hablar parecia mas lo primero.
-Entonces viniste al peor lugar. En esta taberna, todo aquel que entra por la puerta y no lleva la cara tapada o no tiene un aspecto mugroso acapara las miradas. En un lugar abarrotado nadie se fijaría en ti-Le comentó con otro trago de cerveza de mantequilla. -Aunque tienes razón, aquí no suele haber mucha gente y al final se acaban cansando y vuelves a lo suyo.-Dijo mientras reía suavemente con una voz musical.
Estaba segura de que no se sentía muy cómoda ahí sentada, hablando con ella. Percibía miedo y no podía evitar que le hiciera gracia. -Relájate-Le sugirió con un susurro -No te pasara nada, no muerdo muy fuerte.-Se rio de su propia broma, bebiendo de nuevo un pequeño trago.
Ella NoregueMortífagos || Admin - Mensajes : 198
Puntos : 107
Re: ¿Y tu eres....?][Ginerva Waldorf]
Intenté reírme de la broma, hasta que al final decidí relajarme. Al fin y al cabo, ella no podría hacerme daño, porque Voldemort me necesitaba viva. Bueno, al menos él creía que me manipulaba completamente.
Aunque claro, ¿quién iba a sospechar que estaría traicionándoles? Nadie...Ponía en peligro muchas cosas, pero estaba dispuesta a arriesgarme, por mucho que me doliese. ¿Por la paz? O tal vez simplemente por mi incapacidad de ver a la gente sufrir.
-Ya, tal vez tienes razón y tendría que haber ido a un sitio abarrotado de gente...Pero es que odio eso, odio eso desde que...-Empecé a decir, y corté la frase. No me fiaba un pelo.
Odio eso desde que soy una mortífaga, desde que tuve que matar a una persona a la que no conocía. Odiaba esa sensación, me odiaba a mi mismo desde aquel momento que ni siquiera Draco conocía.
Pero oculté mis sentimientos bajo una máscara de absoluta impasibilidad, algo que me costó bastante.
Tomé un sorbo de cerveza de mantequilla, moviendo la varita para que amplificase la música en otra dirección y poniendo mi solo de piano favorito.
-Así que...¿Te gusta la música clásica?
Aunque claro, ¿quién iba a sospechar que estaría traicionándoles? Nadie...Ponía en peligro muchas cosas, pero estaba dispuesta a arriesgarme, por mucho que me doliese. ¿Por la paz? O tal vez simplemente por mi incapacidad de ver a la gente sufrir.
-Ya, tal vez tienes razón y tendría que haber ido a un sitio abarrotado de gente...Pero es que odio eso, odio eso desde que...-Empecé a decir, y corté la frase. No me fiaba un pelo.
Odio eso desde que soy una mortífaga, desde que tuve que matar a una persona a la que no conocía. Odiaba esa sensación, me odiaba a mi mismo desde aquel momento que ni siquiera Draco conocía.
Pero oculté mis sentimientos bajo una máscara de absoluta impasibilidad, algo que me costó bastante.
Tomé un sorbo de cerveza de mantequilla, moviendo la varita para que amplificase la música en otra dirección y poniendo mi solo de piano favorito.
-Así que...¿Te gusta la música clásica?
Ginerva WaldorfMortífagos || Admin - Mensajes : 538
Puntos : 204
Edad : 28
Re: ¿Y tu eres....?][Ginerva Waldorf]
Cuando aquella noche salió y se fue al peor antro que una podía encontrar en Hogsmeade, no se imaginaba que pudiera encontrar una compañía que pudiera calificarse de agradable. Ni siquiera con su inusual don pudo haber percibido aquello, aunque tal vez se debía a que era algo tan simple que la adivinación prefería dejar pasar por alto para darle algo de diversión. Al fin y al cabo, el ojo interior no esta para captar simples tonterías, aunque de haberse puesto lo habría averiguado sin ningún problema.
Podía percibir la tensión en el cuerpo de la mujer y no era de extrañar. Aun no sabía exactamente quien era, pero por alguna razón le parecía normal que la chica llamada Ginebra no se sintiera ni cómoda ni relajada en el local ni en su presencia. Solo tenía que dar con el por que que estaba a punto de venirle a la cabeza.
Abrió los ojos a la espera de que acabará la frase, pero no lo hizo. La chica era todo un misterio. ¿Qué tenía que ocultar que casi se le escapa? Si fuera hábil en la legeremancia podría sacarle la respuesta sin que se enterara. Lastima.
-Pues lo cierto es que me encanta.-Le dijo sentándose en una postura mas cómoda. Las notas del piano la rodearon y bailaron a su alrededor, pero para nada podían compararse con lo que ella hacía con su violín.
Y entonces se encendió la luz.
-¡Claro! ¡Ya se quien eres!-Exclamó -Eres esa... chica que habla parsel ¿No –Preguntó, controlándose a tiempo de decir “sangre sucia”. Aquella brujita que, a pesar de su condición de sangre, tenía el interés del señor tenebroso y, por lo tanto, los celos de la mujer pelirroja.
Podía percibir la tensión en el cuerpo de la mujer y no era de extrañar. Aun no sabía exactamente quien era, pero por alguna razón le parecía normal que la chica llamada Ginebra no se sintiera ni cómoda ni relajada en el local ni en su presencia. Solo tenía que dar con el por que que estaba a punto de venirle a la cabeza.
Abrió los ojos a la espera de que acabará la frase, pero no lo hizo. La chica era todo un misterio. ¿Qué tenía que ocultar que casi se le escapa? Si fuera hábil en la legeremancia podría sacarle la respuesta sin que se enterara. Lastima.
-Pues lo cierto es que me encanta.-Le dijo sentándose en una postura mas cómoda. Las notas del piano la rodearon y bailaron a su alrededor, pero para nada podían compararse con lo que ella hacía con su violín.
Y entonces se encendió la luz.
-¡Claro! ¡Ya se quien eres!-Exclamó -Eres esa... chica que habla parsel ¿No –Preguntó, controlándose a tiempo de decir “sangre sucia”. Aquella brujita que, a pesar de su condición de sangre, tenía el interés del señor tenebroso y, por lo tanto, los celos de la mujer pelirroja.
Ella NoregueMortífagos || Admin - Mensajes : 198
Puntos : 107
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