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Encuentros en la penumbra |PRIVADO|
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Encuentros en la penumbra |PRIVADO|
La noche era terriblemente fría y la humedad se colaba bajo la ropa llegando hasta los mismos huesos. Con cada bocanada de aire un espeso vaho se forma frente a mis ojos y todo mi cuerpo entero temblaba. A cada segundo que pasaba más convencida estaba de que ir hasta el Valle Godric había sido un completo error. Intenté advertir a Harry y a Ron sobre la descabellada idea de visitar el lugar pero por supuesto ellos no me hicieron caso. Como si estuviésemos en el colegio, ninguno de los chicos me escuchó y yo acabé yendo tras ellos para asegurarme que nada les sucedía. La diferencia era que ya no estábamos en Hogwarts, con Dumbledore vivo y con Voldemort aún sin resurgir con su mayor fuerza. No. Ahora vivíamos un régimen de terror constante en el que no dudaría en matarnos al mínimo paso en falso que diésemos. Pero en el fondo tampoco podía culpar a Harry de ello pues tenía un motivo de peso: encontrar a Ginny.
La chica llevaba desaparecida desde hacía ya demasiado tiempo y Harry parecía que se iba a volver loco de un momento a otro si no daba con ella porque la culpabilidad lo carcomía. Después de haber rastreado montones de lugares, mi mejor amigo pensó que sería una buena idea buscar en el Valle de Godric. Era un lugar tan ilógico para esconder a la pelirroja que lo convertía en el mejor de los escondites. Algo en mí me avisaba de que no todo saldría bien esa noche por eso obligué a los dos a prometerme que a la más mínima muestra de peligro nos desapareceríamos de regreso al cuartel.
Pero una vez allí las cosas no salieron como planeábamos. Nos vimos obligados a separarnos para llamar menos la atención a la hora de movernos por el lugar. Para poder permanecer en contacto, nos llevamos tres de las monedas que usábamos para las reuniones del ED que yo celosamente había guardado por si nos hacía falta en un futuro. A medida que avanzaba por las calles desiertas, más segura estaba de que allí no estaba Ginny. La mayoría de las casas tenían las luces encendidas en su interior y desde donde me encontraba se podía oír perfectamente el bullicio de la gente. Y las pocas que se encontraban vacías no contenían ningún tipo de seguridad mágica pues pude acceder a ellas sin problemas. Pero entonces la sombra de una persona tras la valla de una de las casas llamó mi atención. Parecía un encapuchado. Inmediatamente mi instinto se disparó y sujeté fuertemente la varita dispuesta a atacar en cualquier instante. Me acerqué hasta la figura poco a poco con la varita en alto, alejándome de la calle y adentrándome en la parte trasera de una casa que daba al bosque junto al pueblo- ¿Quién eres? -pregunté con voz firme al encapuchado inmóvil frente a mí.
La chica llevaba desaparecida desde hacía ya demasiado tiempo y Harry parecía que se iba a volver loco de un momento a otro si no daba con ella porque la culpabilidad lo carcomía. Después de haber rastreado montones de lugares, mi mejor amigo pensó que sería una buena idea buscar en el Valle de Godric. Era un lugar tan ilógico para esconder a la pelirroja que lo convertía en el mejor de los escondites. Algo en mí me avisaba de que no todo saldría bien esa noche por eso obligué a los dos a prometerme que a la más mínima muestra de peligro nos desapareceríamos de regreso al cuartel.
Pero una vez allí las cosas no salieron como planeábamos. Nos vimos obligados a separarnos para llamar menos la atención a la hora de movernos por el lugar. Para poder permanecer en contacto, nos llevamos tres de las monedas que usábamos para las reuniones del ED que yo celosamente había guardado por si nos hacía falta en un futuro. A medida que avanzaba por las calles desiertas, más segura estaba de que allí no estaba Ginny. La mayoría de las casas tenían las luces encendidas en su interior y desde donde me encontraba se podía oír perfectamente el bullicio de la gente. Y las pocas que se encontraban vacías no contenían ningún tipo de seguridad mágica pues pude acceder a ellas sin problemas. Pero entonces la sombra de una persona tras la valla de una de las casas llamó mi atención. Parecía un encapuchado. Inmediatamente mi instinto se disparó y sujeté fuertemente la varita dispuesta a atacar en cualquier instante. Me acerqué hasta la figura poco a poco con la varita en alto, alejándome de la calle y adentrándome en la parte trasera de una casa que daba al bosque junto al pueblo- ¿Quién eres? -pregunté con voz firme al encapuchado inmóvil frente a mí.
Hermione J Granger*- Mensajes : 7
Puntos : 8
Re: Encuentros en la penumbra |PRIVADO|
Lo que le había llevado a Godric’s Hollow no tenía nada que ver ni con el secuestro de Malfoy ni con nada relacionado con los planes del Señor Tenebroso. Había hecho esta pequeña excursión con fines egoístas y personales, un cambio de aires para aclarar su mente, despejarla, ordenarla... no sabía por donde empezar, eran demasiadas cosas en las que pensar y todas parecían tener prioridad sobre la otra, por lo que poner un orden era misión imposible.
Lo que le había llevado al pequeño pueblo y no a otro lugar había sido el frío que hacía por las noches incluso en pleno verano. Después de pasar un día bajo el sol, necesitaba ser abrazada por un viento frío que la refrescara en muchos sentidos.
Caminaba lentamente por las calles de pueblo una vez hubo dejado atrás el cementerio, donde había permanecido casi una hora sobre la robusta rama de un árbol. Desde ahí había podido ver las lápidas, algunas tan abandonadas como llenas de flores recién cortadas, y también tenia al alcance de su vista toda una calle por la que no había pasado ni un alma. Nada mas bajar, camino sin rumbo fijo. Su figura iba cubierta por una túnica ajustada de falda larga y mangas cortas, y sobre el atuendo una capa cuya capucha le tapaba la cabizbaja cabeza. Solo un pequeño mechón rojo era visible, pues este se había liberado del moño y le rozaba la mejilla pálida con cada paso.
Tenía su varita agarrada firmemente, escondida detrás de ella. Sabía que en breves iba a toparse con alguien, su don no fallaba para nada últimamente y le avisaba de cualquier cosa casi siempre aunque fuera una ridiculez.
Ni siquiera en mi única noche libre me libraré del trabajo –Pensó un tanto irónica, pues su dedicación como mortífaga no conocía límites, así como su devoción hacia su señor.
Los labios de la mujer se curvaron en una sonrisa siniestra y alzó la cabeza para mirar a la chica con sus fríos ojos. Mantuvo la varita escondida, al contrario que su contrincante que ya le estaba apuntando y por su cara no dudaría en lanzarle de inmediato algún hechizo.
-Una de las últimas personas con las que desearías encontrarte-Dijo con cierto tono alegre. Respiro profundamente y muy calmada, dejando que la personalidad fría de la mujer saliera poco a poco, dejando a las otras mas ocultas.
-¿Y tus amigos, pequeña sangre sucia?-Preguntó con burla y sonriendo divertida sin dejar de mirarla ni un segundo.
Lo que le había llevado al pequeño pueblo y no a otro lugar había sido el frío que hacía por las noches incluso en pleno verano. Después de pasar un día bajo el sol, necesitaba ser abrazada por un viento frío que la refrescara en muchos sentidos.
Caminaba lentamente por las calles de pueblo una vez hubo dejado atrás el cementerio, donde había permanecido casi una hora sobre la robusta rama de un árbol. Desde ahí había podido ver las lápidas, algunas tan abandonadas como llenas de flores recién cortadas, y también tenia al alcance de su vista toda una calle por la que no había pasado ni un alma. Nada mas bajar, camino sin rumbo fijo. Su figura iba cubierta por una túnica ajustada de falda larga y mangas cortas, y sobre el atuendo una capa cuya capucha le tapaba la cabizbaja cabeza. Solo un pequeño mechón rojo era visible, pues este se había liberado del moño y le rozaba la mejilla pálida con cada paso.
Tenía su varita agarrada firmemente, escondida detrás de ella. Sabía que en breves iba a toparse con alguien, su don no fallaba para nada últimamente y le avisaba de cualquier cosa casi siempre aunque fuera una ridiculez.
Ni siquiera en mi única noche libre me libraré del trabajo –Pensó un tanto irónica, pues su dedicación como mortífaga no conocía límites, así como su devoción hacia su señor.
Los labios de la mujer se curvaron en una sonrisa siniestra y alzó la cabeza para mirar a la chica con sus fríos ojos. Mantuvo la varita escondida, al contrario que su contrincante que ya le estaba apuntando y por su cara no dudaría en lanzarle de inmediato algún hechizo.
-Una de las últimas personas con las que desearías encontrarte-Dijo con cierto tono alegre. Respiro profundamente y muy calmada, dejando que la personalidad fría de la mujer saliera poco a poco, dejando a las otras mas ocultas.
-¿Y tus amigos, pequeña sangre sucia?-Preguntó con burla y sonriendo divertida sin dejar de mirarla ni un segundo.
Ella NoregueMortífagos || Admin - Mensajes : 198
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