Un reencuentro un tanto emocionante. {Derek}

La castaña llevaba varios días dando pequeñas vueltas a su cabeza, varios pensamientos merodeaban por su mente aquellos días, que si Ron, que si la Orden...
La joven se encontraba caminando por las calles del callejón Diagon, la verdad, no tenía porque caminar por allí pero algo la decía que no la iba a pasar nada, Hermione no era de aquellas muchachas torpes e incultas, si no, por el contrario, la chica sabía defenderse bastante bien además que poseía de una inteligencia sublime.

La castaña paro unos cinco minutos y se dedicó a entrar en Las Tres Escobas, aquel lugar que le traía tan buenos recuerdos de sus últimos años en Hogwarts. Se tomo una cerveza de mantequilla y al más mínimo instante se encontraba de nuevo caminando por las agradables calles del Callejón Diagon. Siguió con su camino y notó como chocaba contra cierta persona, la cual le resultó bastante conocida, pero no llego a la conclusión de quien se trataba. - Perdona, andaba un tanto distraída. -Comentó la joven mientras observaba de quien se trataba. - Vaya Derek, eres tú. -Añadió mientras apartaba un ligero mechón de su cabello y le observaba en silencio.

Hermione le contempló y pudo notar como no había cambiado absolutamente nada desde la última vez que le había visto, hacía tanto tiempo de aquella historia que habían tenido, la joven suspiró levemente y metió las manos en su abrigo para resguardarse del frío que hacía por las calles del Callejón Diagon en aquellos momentos.

La castaña no podía contemplar cierta sonrisa que se dejaba entrever en sus labios, no iba a mentir que la joven estaba bastante feliz de haberse encontrado con Derek, con el cual había tenido una preciosa amistad en sus años en Hogwarts. La joven le escuchó atentamente mientras se ajustaba levemente su bufanda y carraspeaba tímidamente. - ¡Que sorpresa verte por aquí! La verdad que si, ha pasado demasiado tiempo diría yo. ¿Que tal te va todo?-Preguntó la castaña con una tierna sonrisa en sus labios mientras recorría con la mirada al chico, la verdad tampoco había cambiado tanto,seguramente seguiría siendo tan bromista y seguiría teniendo aquel ego que tanto le caracterizaba.

Los segundos pasaban y a medida de ella, la joven conseguía ponerse un tanto más nerviosa, seguramente el hecho de pensar que había llegado a sentir algo hacía Derek no era lo que más la ayudaba en aquellos momentos. - Bueno, ¿y qué? ¿Alguna novedad? Seguramente no has perdido el tiempo. -Hermione atuso levemente su cabellera castaña y devolvió la mirada al joven. La verdad encontrarse con Derek había sido una grata sorpresa para la joven, ¿porque mentir? Sabía perfectamente que ella no era de esa clase de personas tan efusivas pero siempre solían reconocer y devolver aquel cariño que aquellas personas le habían ofrecido en algún momento determinado.

La joven notaba como a medida que pasaban los minutos sus manos sudaban un poco más de lo que habitualmente solían sudarla, respiró profundamente y espero que el chico le diera una buena explicación acerca de aquellos años que llevaban sin verse, en los que seguramente, habrían pasado demasiadas cosas.

La castaña le seguía escuchando en el más profundo de los silencios, ya que toda su atención había recaído en el chico por aquellos momentos. Le había agradado volver a ver Derek, había tenido ciertas disputas con él en el pasado, pero ver a alguien que te ha echo feliz nunca viene mal. ¡Vaya! Había logrado hacerse jugador profesional de quidditch, aquella situación le recordaba tanto a la de Viktor que la joven no pudo evitar soltar una pequeña risa por lo bajo. - ¡Vaya! Me alegro mucho por ti, la verdad, es que te lo mereces. -Comentó la muchacha mientras empezaba a caminar lentamente para dar un ligero paseo con el chico.

Ambos empezaron a caminar y la castaña notó como el frío se apoderaba de ella, volvió a ajustar su bufanda y metió ambas manos en sus bolsillos, logrando así mantener la temperatura corporal en sus manos, volvió a centrar toda la atención en el chico y sonrío con cierta ternura al saber que se había comprado una casa en la zona muggle más rica de Londres, sin duda alguna, no iba a vivir nada mal. - Bueno, a decir verdad, ya hemos empezado a dar el paseo. -La joven sonrío y volvió a abrir los labios para empezar a articular palabra. - Pues bueno, mi vida tampoco ha cambiado tanto, sigo siendo igual de estudiosa y como no, adoro leer de vez en cuando un buen libro. Y... bueno, estoy saliendo con Ronald.-Concluyó Hermione, sin saber si el chico lo sabía o no lo sabía, pero lo único que sabía es que seguramente le diera igual por lo que tenía entendido seguía tonteando con su ex-novia.

La muchacha respiró levemente y siguió caminando observando las distintas tiendas que había por el callejón, todo estaba tan cambiado, hacía tanto que no veía aquellas tiendas que no pudo evitar emocionarse al verlas.

La castaña seguía caminando escuchando a su joven amigo Derek, del cual tenía bastante buenos recuerdos de sus años en Hogwarts. La castaña mostró una dulce sonrisa al terminar de escuchar las palabras que el joven le proporcionaba y no pudo evitar sentirse un poco al mal al oír el último comentario del ex-Slytherin. Se supone que aquello debería de alegrarla, después de todo , mantenía una relación con Ronald, su pelirrojo, del que siempre había estado enamorada, ¿que más podía pedir? - Muchas gracias Derek, la verdad que no esperaba menos de ti. Es verdad que en ciertas ocasiones tenemos nuestras diferencias, pero no podríamos estar el uno sin el otro.-Hermione miró de nuevo al joven y contempló las tiendas del Callejón Diagon, habían cambiado tanto.

La joven siguió caminando presa un poco del pánico, quizás por el hecho de que ya llevaba demasiado tiempo a solas con él, o simplemente, porque tenía miedo de que los temas de conversación se acabaran. La muchacha observó el pequeño golpe que el chico se había dado con aquella farola y no tardo ni un segundo en colocarse en frente suya observando su brazo. - ¡Oh! ¿Estás bien? Si es que tienes que estar más atento. -La castaña cogió el brazo del muchacho y lo contempló en silencio, observando que no tenía ningún corte ni mucho menos rasguño. - Quizás sea mejor que vayamos a que te vea alguien, ¿no crees? -Quizás la castaña estaba siendo demasiado sobreprotectora pero siempre era así.