The Hunger Games {Élite}

Los Juegos del Hambre solo tenían consigo dolor y sufrimiento, en estos se demostraba la capacidad de crueldad de los hombres que quedaban habitando la Tierra después de la catástrofe. Se obligaba a niños, simples almas inocentes, a sacar lo peor de sí mismos, a convertirse en simples animales que solo veían por si mismos, por su supervivencia. Eran obligados a matar a sus iguales, a sus hermanos de raza. Era eso o sufrir la ira del Capitolio; cualquier cosa era mejor que tener al Capitolio en su contra. Estos viles Juegos, la horrible dictadura que sumía a todo Panem en la desesperanza, tenían que terminar de cualquier manera. Fuese el precio que tenía que pagarse, la paz tenía que volver a reinar en el país que resurgió de las cenizas. Y volvió gracias a la Chica en Llamas y un par de nightlock. La muerte del Presidente Snow y de la casi-presidenta Coin marco la diferencia. En el momento en que la fecha del Sinsajo atravesó el pecho de Coin, Panem pudo tener su primer respiro de libertad en setenta y cinco años.

Cientos de vidas perdidas. Niños huérfanos, gente sin familia. Al principio todo parecía peor que al principio. Los Distritos estaban completamente destruidos, no había médicos ni medicinas suficientes para atender a los heridos durante la guerra. Los Capitolinos eran recluidos y rechazados por la sociedad, eran vistos como escoria por simplemente creer en los ideales que les habían inculcado desde pequeños. Todo aquel que no pensara como los Rebeldes era rechazado. Pero esto tampoco era para siempre. Paylor fue elegido como presidente de Panem de forma unanime, él comenzó a curar a un país lleno de dolor y desesperanza; a pasos lentos pero seguros.

Todas aquellas personas que habían vivido en carne propia los horrores de la dictadura de Snow comenzaron a intentar sanar sus heridas, tanto físicas como mentales, e intentar huir de los horrores que los seguían día a día. Al pasar los años la vida era más sencilla. Ningún Distrito pasaba hambre o frío, las condiciones de vida mejoraron notablemente y ya no había tantas diferencias entre la salud de la gente de las industrias y los mismísimos Capitolinos. Día a día la vida en Panem mejoraba. Todas esas personas que habían jurado jamás tener descendencia para ahorrarles el horror de vivir las Cosechas cambiaron de idea. La esperanza era palpable en el ambiente de todos los Distritos. Fueron diecinueve años de felicidad.

Las pesadillas jamás se fueron, muchos continuaban durmiendo con cuchillos bajo la almohada y con actitudes defensivas pero ya no había nada que temer. Los Agentes de la Paz que se aprovechaban de la necesidad de lo ciudadanos desaparecieron, dejando solo a hombres de bien. No existía un día de La Cosecha que se llevara a los niños lejos de casa. Ya ni siquiera había un Presidente Snow que asesinara a tu familia si no acatabas las reglas o que mandara mutos tras de ti para asesinarte.

Pero la paz tampoco es eterna.

El terror inició, irónicamente, el día que la esperanza había iniciado diecinueve años atrás. En el aniversario luctuoso de Coin y Snow, todo Panem despertó con una terrible noticia: Paylor había fallecido. El informe del médico de cabecera indicaba que había sido muerte natural, todo el país lo creyó. Después de todo su presidente ya estaba entrado en sus años. Martial Galloway, que antes ocupaba el puesto de vicepresidente, subió al poder solamente dos días después. A nadie le pareció algo sospechoso, el hombre lo tenía merecido después de tantos años de servicio honesto para con el pueblo. Entonces los rumores comenzaron a correr. Los primeros comenzaron a surgir cuando Martial nombro a la conocida fanática de los Juegos, Laurel Yule, como vicepresidenta de Panem. Todo el mundo sabía que ella quería recuperar la "tradición" de el show y haría hasta lo imposible para convencer al presidente de hacerlo.

En las calles de todo el Capitolio se escuchaban murmullos diciendo que Galloway quería recuperar "la gloria de Panem", decían que quería volver a poner en circulación Los Juegos del Hambre. Eran pocos los que lo creían de verdad, todos estaban demasiado cegados por su libertad y felicidad. La realidad llego a cada Distrito en forma de cientos de Agentes de Paz llevados directo del Capitolio, todos fieles seguidores de Galloway. Entonces todo se hizo realidad. La represión volvió, los pocos rebeldes "originales" que quedaban como los Mellark o los Hawthorne fueron silenciados con una sencilla amenaza: Si hablaban, si hacían por lo menos una cosa que amenazara la estabilidad del gobierno, sus hijos serían llevados a la Arena y asesinados de las formas más horrendas que se le ocurrieran a las mentes mas perversas del Capitolio.

Katniss, Peeta, Gale. Inclusive Haymitch y el resto de los rebeldes tuvieron que quedarse callados, sus hijos eran lo más importante.

Los Rebeldes no pueden planear nada ni comenzar con las revueltas si no quieren que el Capitolio tome medidas drásticas. Aunque realmente ya todos saben que los hijos del Sinsajo y Hawthorne están pre-seleccionados como tributos. Las conexiones entre los Distritos están cerradas y ya no es seguro salir de casa por culpa de los hombres que juraron proteger al pueblo de Panem.

La historia vuelve a iniciar, con más complicaciones que la última ocasión.